martes, 10 de mayo de 2016

Emociones opuestas

Hace dos semanas, la profesora propuso pintar con pintura de dedos ya que se ha dado cuenta que normalmente no pintamos y que nos ayuda a relajarnos.
La propuesta para esos dibujos era que nos concentráramos en la emoción que sentíamos en ese momento y pintáramos sin pensar. 
Aparentemente, pintar sin pensar parece sencillo pero no lo es. Dejarla mente en blanco y simplemente fluir con la pintura me constó un montón.

  • En el primer dibujo, me constó arrancar ya que la profesora me decía que mi dibujo reflejaba que estaba pesando y me propuso pintar con los ojos cerrados. Al principio tenía emociones de ansiedad, nervios y tensión porque estamos en época de exámenes y es complicado estar relajado. Poco a poco, me fui soltando más y tratando de no pensar, hasta que acabé sintiéndome mas feliz, relajada y motivada, no podía parar de dibujar.


Esta fue mi dibujo final unido al dibujo de mi compañera ya que la profesora propuso que conectáramos las emociones mediante el dibujo y así influirnos mutuamente.


Esta es la mesa donde están algunos de los primeros dibujos de mis compañeras.

Después de terminar el dibujo, compartimos entre todas las diferentes emociones que habíamos sentido: algunas emociones negativas que fueron en aumento, otras emociones positivas y otras que habían experimentado un cambio de emociones opuestas, como en mi caso.
Fue una experiencia muy bonita ya que no estamos muy acostumbrados, por lo menos yo, a hablar de nuestras emociones con los demás y se nos llegó a caer alguna lágrima.
Un consejo que nos dio la profesora y que me pareció muy bueno es que no debemos aguantarnos las ganas de llorar porque esa emoción tiene que salir de alguna manera y si no lloramos, seguramente se manifieste como una enfermedad. Casualmente, me aguanté las ganas de llorar y, al día siguiente, estuve con un constipado fortísimo. Claramente, no voy a volver a aguantarme las ganas de llorar porque ya se lo que puede pasar si lo hago.

  • En el segundo dibujo, ya que estábamos un poco tristes después de compartir nuestras emociones, decidimos juntarnos todas en una mesa y hacer un dibujo más conjunto. Después de acabar con alegría del otro dibujo, empecé a pintar con esa emoción, compartiendo  y dibujando todas juntas. Sin embargo, acabé con varias emociones negativas al descargar en la pintura la tristeza y la ansiedad que tenía guardada de la conversación con las compañeras.


Este es mi segundo dibujo, rodeado y conectado con los dibujos de la demás compañeras.



Estos fueron los dibujos de mis compañeras.

Tras terminar ambos dibujos, volvimos a hablar entre nosotras y nos dimos cuenta que en la segunda vez dibujamos más en equipo, apoyándonos entre nosotras.

Lo que me ha sorprendido de esta actividad ha sido que mis dos dibujos son muy parecidos, a pesar de que en el primero empecé con sentimientos negativos y luego positivos, y en el segundo fue al revés.
Si se observan los dibujos, no tienen un aspecto negativo sino que son muy coloridos y alegres, esto me ha permitido darme cuenta que a pesar de que esté mal y deprimida, mi lado positivo intenta salir y apartar mi parte negativa.

Por último, quería añadir que cuando crecemos, dejamos de pintar y eso no puede ser. Dibujar nos permite sacar esas emociones que ocultamos y pueden afectar a nuestra estabilidad emocional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario