Después de varias semanas tratando
el tema del miedo en clase, creo que hemos conseguido zanjarlo definitivamente. En la primera
clase, cuando nos pusimos por parejas para contarnos el uno al otro una
pesadilla, el miedo que me provocó y sentí al escuchar a mi compañera fue miedo
a no tener escapatoria, tener que aceptar lo que viene, afrontar los hechos.
Este es uno de mis grandes miedos, que además, va unido al miedo a quedarme
sola. El antídoto que pensamos para combatir mi miedo fue tratar de no
guardarme los problemas, sino hablarlo con las personas que tengo cerca y que
me apoyan. Además, buscar uno o varios amuletos que me recuerden a ellos. De
esta manera, si hay un momento en el que no están a mi lado por algún motivo,
poder mirar esos objetos y saber que les tengo a mi lado ayudándome y
apoyándome, para seguir adelante a pesar de todo.
Esto fue en la primera semana, pero
en la segunda, la profesora nos enseñó como hizo una vez una terapia, con unos
alumnos, para superar las amenazas de su vida. Para ello, hicieron unas
composiciones que representaban sus miedos, después las juntaron formando una
pasta de papel, y para terminar, se llevaron un cachito cada uno a su casa. Una
frase de la profesora que me marcó mucho fue: "Las amenazas y los
miedos hay que tenerlos delante, no detrás". Normalmente, las personas que vienen
a hacernos daño no van por delante sino por detrás, por eso ella decidió poner
el papel en un vaso, plantar en él y tenerlo siempre delante. Esa frase me dejó
pensativa y no tardé en dibujar lo que sentía. Por ello, hice este dibujo que refleja
lo que tenía en mi mente dando vueltas.
A veces, le damos la espalda a los problemas
porque pensamos que tarde o temprano se resolverán solos. Sin embargo, es
mentira, los problemas no desaparecen porque sí, sino que siguen ahí dañándonos
hasta que no buscamos una solución efectiva.
Me he dado cuenta, a lo largo de
estos días, que uno de mis mayores defectos es que cuando me pasa algo, hasta
que no llega a una situación límite, no se lo cuento a nadie. Como
consecuencia, hago los problemas más grandes de lo que son por no pedir ayuda y
ponerles remedio antes. Voy a intentar usar el antídoto para mi miedo y así
poder realmente superarlo.
Me pareció muy buena idea hacer un
atrapamiedos (atrapasueños) que nos sirviera para superar nuestros miedos. Por ello,
decidí buscar amuletos u objetos que representaran mi antídoto en el
atrapamiedos. No quería hacer un atrapasueños que no representara nada, uno
corriente que se puede comprar en una tienda, sino un atrapamiedos que me
ayudara de verdad.
A lo mejor la gente que vea mi
atrapamiedos lo ve simple y corriente pero para mí tiene mucho significado.
En primer lugar, he querido
reflejar en él las personas que ya no están a mi lado físicamente pero que yo
he seguido sintiendo a mi lado, ellos son mi tío y mi abuela. He utilizado para
colgar las plumas, una cadena dorada porque me recuerda a una pulsera que me
dio mi tío de pequeña, y que guardo desde entonces. Además, he cogido varias
arandelas de la cadena para ponerlas en las cuerdas del centro, para
representar que aunque todas las personas que me quieren y me apoyen no estén
cerca o juntos, siguen ahí conmigo, formando parte de mi vida.
En segundo lugar, he elegido unas
piedras moradas que me regaló mi abuela de pequeña para hacer pulseras. Siempre
guardé la caja intacta porque no las quería usar a la ligera y al final las
conservé todas.
En cuanto a los colores, he decidido
hacerlo morado y blanco porque mi habitación, hasta ahora, ha sido blanca y
morada. Dentro de unas semanas, me mudaré y he elegido no poner de color morado
la habitación nueva. Por eso, siempre que vea colgado el atrapamiedos morado en
la casa nueva, recordaré los buenos momentos que viví en la otra casa cuando
era pequeña. Tendré un recuerdo para siempre de mi infancia en esa habitación
morada.
Por último, en el dibujo del
atrapamiedos, he puesto una estrella con muchos picos porque para mí tienen un
gran significado las estrellas. De pequeña, me gustaba dibujar estrellas en
todos los lados y, por las noches, me asomaba a la ventana para mirar al cielo
y pensar tranquila. Así, cogí la costumbre de si una noche no puedo dormir, miro
las estrellas para relajarme. De esta manera, como seguramente me cueste
dormir, al principio, en la nueva casa, al mirar el atrapamiedos, me sentiré
más tranquila y relajada.
Otros atrapamiedos:
Creo y espero poder superar mi
miedo a afrontar los problemas y a quedarme sola con estas terapias que hemos
hecho en clase. Sinceramente, pienso que le doy demasiada importancia a algunas
cosas y me estreso sin motivo. Sin embargo, debería tomármelo todo con más tranquilidad
y pensar que no estoy sola, tengo una familia que me quiere y unos amigos que
no cambiaría por nada. Soy muy pesimista y no puedo seguir así, tengo que
empezar a ver el lado bueno de las cosas y tratar de ser más positiva. Todo se
ve mucho mejor con una sonrisa.
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